ESCALANDO TUS PROPIOS LÍMITES

«La del alpinismo no es una historia de conquistas, sino del ser humano sobre sus propios miedos…»

(Sebastián Alvaro, periodista y aventurero)


Nunca sabes cuál es el motivo exacto por el cual comienzas a tener interés por algo novedoso en tu vida.

En mi caso, me llamaba la atención el desafío de «caminar por las paredes» siendo tus propios miedos tus únicos límites, todo un reto que superar. Una excelente herramienta de autoconocimiento.

Y por esas casualidades de la vida – de las que tengo la certeza no existen – conocí a unos compañeros de montaña que practicaban la escalada, y que me acogieron como una alumna ilusionada por descubrir este nuevo mundo de la roca.

Aprender a respetar la pared, a quererla, cuando tu mente está descalabrada pensando que estás en una situación vital límite (donde la plena atención de tu compañero de cordada asegurándote, al principio no son suficientes para que tus negros pensamientos se disuadan, y lo vives como una situación de riesgo extremo), es una sensación que vale la pena experimentar para sorprenderte con tu propia evolución.

Esa voz que grita de miedo en tu cabeza, a base de experiencia y perseverancia, poco a poco se va acallando hasta lograr sosegarla, someterla, dominarla… hasta el punto de convertirse en una aliada que te motiva y tranquiliza a cada paso que das, a pesar de que tus pies de gato ó las yemas de tus dedos, apenas encuentren un saliente donde adherirse.

Y esa fortaleza mental que has modulado en la roca superando miedos ocultos, te acompaña en su versión más serena, cuando la vida cotidiana te presenta otros desafíos profesionales y personales que antes sentías incapaz de afrontar.

Escalando tus propias montañas…

Teresa Sanlés © 2019